miércoles, 27 de octubre de 2010

Prólogo de Thérèse Raquin, de Emile Zola


" (...)La crítica ha recibido el presente libro con voz brutal y airada. Hay personas virtuosas que, en periódicos no menos virtuosos, han hecho una mueca de asco mientras lo cogían con unas tenazas para arrojarlo al fuego. Hasta las publicaciones literarias modestas, esas en que aparece todas las tardes la gaceta de alcobas y gabinetes privados, se han tapado la nariz, hablando de apestosa basura. No me quejo ni poco ni mucho de tal acogida, antes bien, me satisface mucho comprobar que mis colegas tienen los nervios sensibles de una jovencita. Es de todo punto evidente que mi obra pertenece a mis jueces, y que puede parecerles nauseabunda sin que me corresponda derecho alguno a protestar. De lo que me quejo es de que, a lo que me parece, ni uno de los púdicos periodistas a quienes se les han subido los colores al leer Thérèse Raquin haya comprendido la novela. Es posible que se les hubieran subido aún más caso de haberla entendido; pero, al menos, podría yo estar ahora disfrutando de la íntima satisfacción de su justificada repugnancia. Nada me resulta más irritante que ver cómo unos honrados escritores denuncian la depravación con grandes voces siendo así que tengo el hondo convencimiento de que no saben por qué dan esas voces." Para leer el Prólogo completo, haz click AQUI.

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